martes, 10 de febrero de 2009

DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD





Este viernes 13 de febrero, tenemos una cita muy especial en la sala Lumières de la Alianza Francesa, con motivo de celebrar EL DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD.
EXPOSITORES : Dr. MAX SILVA TUESTA
Dr. SAÚL PEÑA KOLENKAUTSKY
MODERADOR : JULIO HEREDIA
HORA : 7.30 PM
DIRECCIÓN : ALIANZA FRANCESA (Av. Arequipa 4595- Miraflores.)


«amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad».

Gottfried Leibniz



EL AMOR, palabra que encierra una pluralidad de conceptos, es para muchos un sentimiento asociado generalmente con el amor romántico; su trascendencia y universalidad lo hace no privativo para la especie humana.
Sin duda, el amor nos cambia la vida… nos reconforta como el sol después de la lluvia, diría Shakespeare; y no solo es un sentimiento –sentencia Balzac-sino también un arte.
El amor estremeció el alma de poeta de César Vallejo al conocer a Georgette, y escribió embelesado:

Mi niña adorada,
Vengo de decirte adiós y mi corazón
palpita aún con inefable dicha. Me has
hecho feliz esta noche como no lo he sido nunca…

También celebraremos en esta fecha, el día de la AMISTAD, la cual según Francis Bacon, duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.
Indudablemente, la noche del viernes 13, será inolvidable, gracias a las cálidas y autorizadas palabras de Max Silva Tuesta y Saúl Peña.

AGRADECEMOS POR ANTICIPADO, SU VALIOSA ASISTENCIA



almeyda560@hotmail.com 10-02-09

jueves, 15 de enero de 2009

GEORGETTE VALLEJO EN EL CENTRO CULTURAL ESPAÑA






Uno de los más grandes homenajes a Georgette Vallejo en nuestra capital, se llevó a cabo el 13 de enero de los corrientes en el Centro Cultural España. Como no podía ser menos, quedó fehacientemente demostrado cuanto se ama y valora a César y Georgette Vallejo en este centro cultural que representa aquella tierra por el que Vallejo lucho y amó tanto, que le dedicó una de sus más célebres obras, España, aparta de mí este cáliz.

El evento georgettiano contó con la participación de destacadas personalidades de las letras como el Dr. Manuel Velásquez Rojas -hijo de Juan Luís Velásquez, amigo de César Vallejo en París-, César Vallejo Ynfantes -sobrino carnal del poeta- y Ramón Noriega Torero.En la parte artística se lució con hermosos y sentidos poemas vallejianos,el reconocido declamador Ricardo Elías.

Ramón Noriega destacó la importancia de Georgette en la vida de Vallejo, a quien catalogó como un paradigma de la mujer en el mundo. Manuel Velásquez Rojas, instó a la reflexión a amar y valorar más a César Vallejo a través de sus obras, destacando finalmente el paso de Georgette por los hermosos lares miraflorinos,y, recordó con mucha nostalgia un pasaje en el que Georgette le manifestó a él ,a su esposa y una amiga, que había paseado por todo Miraflores con Vallejo. Esto constituye una prueba viviente que Georgette amó al poeta más allá de la muerte.



Por otro lado, César Vallejo Ynfantes al recordar a Georgette, a quien conoció en el año 1951, refirió el asombro que le causó a Georgette al conocerlo por vez primera, al encontrar el inmenso parecido con el poeta.Luego relató los momentos de mayor sufrimiento que tuvieron que vivir Vallejo y Georgette en París y España, hecho que quebraba su alma y enternecía al selecto público presente.

Finalmente, como autor del libro Georgette Vallejo al fin de la batalla,reivindiqué la integérrima figura de Georgette Vallejo,creándose una gran espectativa entre los asistentes. Destaqué a la prensa nacional, entre ellos el canal 7, La Primera, Expreso, El Comercio, y la prensa internacional, en especial de España, por haber difundido la impòrtancia de Georgette en la vida de Vallejo.

Sin duda, este evento fue inolvidable y considero que he realizado con justicia un merecido homenaje de reconocimiento a los grandes esfuerzos de Georgette Vallejo. Sin embargo, a partir de ahora, se materializarán tres proyectos en honor a Georgette, el primero, difundir la poesía georgettiana -escribió Máscara de cal, en honor a Vallejo y su madre-,segundo, gestionar la colocación de una placa recordatoria en su honor en la casa donde vivió hasta sus últimos días, y tercero, el mejor de los homenajes, concretizar el traslado de sus restos- proyecto que ya inicié con el apoyo de Fernando de Szyszlo- al cementerio de Montparnasse en París, a fin de que descanse al lado de su esposo, cumpliendo con unos de los versos de Vallejo...y en una sepultura, los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

TRILCE Y GEORGETTE




Permítanme compartir con ustedes el interesante artículo de Pedro Granados sobre el libro Georgette Vallejo al fin de la batalla, publicado en su muy visitado blog el 19-12-08, a dos días del coloquio sobre Georgette Vallejo realizado en el Icpna de Miraflores.

Este libro de Miguel Pachas Almeyda son varios libros. Varias puertas de entrada al personaje Georgette de Vallejo; a cada uno de los vallejistas convocados como testigos privilegiados aquí; y, finalmente, al mismo poeta nacido en Santiago de Chuco. Compendio misceláneo de rica información y oportuna documentación. Diálogo de Miguel Pachas, propiciatorio de la reflexión, con aquellos críticos afines a la viuda --Max Silva Tuesta, de modo paradigmático y al alcance de la mano-- y también con los detractores de la misma -- Juan Larrea, sobre todo, ventilado desde diversas fuentes y a la distancia--. Debate que tiene, acaso como nota predominante, el fervor indiscutible del autor hacia la polémica figura de Philippart Travers. Todo lo anterior sumado al hecho de que el tema literario de fondo son los avatares y difusión de la denominada poesía póstuma del autor de Trilce; es decir, de aquélla que, por ejemplo un vallejólogo como Américo Ferrari, denomina poemas de París I y II. Poemas estos últimos, valga la redundancia, que no son Trilce; que César Vallejo escribió y publicó antes de conocer, según inferimos de la lectura del libro de Pachas, a su abnegada y devota Georgette. Sin embargo, poemario de 1922 --añadimos nosotros-- insondable o indomesticable tal como la propia viuda de César Vallejo.



El libro de Pachas, otros documentos y otros testimonios y anécdotas parecerían inducirnos a considerar aquello. Es decir, comprobar sistemáticamente no la linealidad o el acuerdo; sino más bien, una y otra vez en Trilce y en la figura de Georgette, la tensión inherente al oxímoron y a la constante heterodoxia. Es curioso, la viuda --que identificamos y quizá se identifica a sí misma con los poemas “humanos”-- no cita o alude nunca a Los heraldos negros o a Trilce. Sin embargo, nuestro breve texto quiere llamar la atención, precisamente, sobre el silencio elocuente de sus afinidades. Libro y dama díscolos ambos y, podríamos decir también, mutuamente excluyentes. Trilce es el gran ausente-presente en el libro de Pachas como en el discurso de Georgette de Vallejo. La viuda no tiene oídos para él. No lo entendió; algunos de sus detractores --José Miguel Oviedo con seguridad-- diría que por falta de competencia sería para ella imposible entenderlo. Celos, argulliría Juan Fló, por aquella dupla amor-odio que cree percibir en la actitud de la viuda hacia la obra de su finado esposo y, pudiera aducirse también, porque Trilce plasma otros grandes amores y pasiones en la biografía del poeta. Fuere como fuere, y repasando siempre el libro de Miguel Pachas Almeyda, podríamos acaso concluir que es la misma crítica la que ha constituido un ser polimórfico y acaso tan impenetrable como el poemario más difícil de nuestra lengua (Julio Ortega, refiriéndose a Trilce). Complejidad, oxímoron, conjunción efímera de extremos que percibe con objetividad otro de los afamados vallejistas que pudo trabar amistad con a la viuda, nos referimos al pintor Fernando de Szyszlo. Sin embargo, complejidad que hoy por hoy tampoco exime, aunque más mesurados, a algunos epígonos de Juan Larrea que insistirían en dudar no sólo de la inocencia de Georgette, por ejemplo, respecto a la desaparición de los autógrafos de Vallejo (1); sino de la ecuanimidad o salud mental del mismo poeta. Stephen Hart, en la actualidad profesor de la University of London, sería uno de estos célebres críticos post-larreanos; es decir, para este estudioso, César Vallejo no sólo sería un ser dual -- incongruente entre su vida y su poesía--, sino --hasta que hace sólo unos pocos meses los tribunales probaron fehacientemente lo contrario-- también asesino y prófugo.

Obviamente, los alcances del profesor Hart se hallan contaminados, como todos los estudios sobre Vallejo, también de ficción, de mito o del propio prejuicio cultural desde el cual tendemos la mirada. En este sentido, el ingrediente Georgette no es una excepción en la exégesis y en los debates sobre el autor de Trilce, a pesar incluso del presente enjundioso libro de Miguel Pachas. Es decir, somos observadores externos y tenemos un acercamiento necesariamente metafórico de la poesía y, también en este caso, de la vida de los Vallejo. Y esto para nada está mal o es negativo. Simplemente ilustra una situación altamente compleja; por un lado, la de una poesía que niega naturalizar su radical alteridad. Y por otro lado, la de una persona educada y de mediana posición en Francia que experimentó en carne propia y tenazmente el Perú (vivió de 50 centavos de bonito durante doce años) (2); que se encandiló, aunque sin jamás someterse, de un hombre mayor, seductor y exótico para ella y su juventud; y que a su modo --y límites-- hizo defensa a ultranza de un legado que, sin Los heraldos negros ni Trilce en su mente, quizá sobredimensionó (3). Sus desencuentros constantes e intransigencias, producto de querer honrar lo que creía su singular misión, parecerían ilustrar dramáticamente todo aquello.


NOTAS

(1) “son las primeras versiones (52) escritas a mano por Vallejo de muchos de los Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz antes de escribir la versión mecanografiada”, según leemos en un impreso distribuido en ocasión de la charla del profesor Hart que inagurara el VII Congreso Internacional de Literatura Hispánica (Cuzco, 3 al 6 de marzo de 2008). En: “STUMBLING BETWEEN SEVERAL ENEMIES?”. Blog de Pedro Granados [http://blog.pucp.edu.pe/item/20436] 16/03/08

(2) “Una carta inédita de Georgette [a su amiga Maruja Velásquez]”. En: Manuel Velásquez Rojas, Ojos de venado (Lima: Ediciones Perú Joven, 1990) pp. 87-88.

(3) Es posible, además, que Los heraldos negros y, en particular, Trilce no fueran para Georgette poesía “comprometida”. En este sentido, si bien no habría manipulado los textos de su finado esposo, sí habría influido en la recepción de una parte privilegiada de la poesía de Vallejo, aquella póstuma. Colaborando de este modo, desde un inicio y activamente, en brindarnos una visión del poeta --aquella supuestamente política, dolorida y solidaria-- que si bien es indiscutible, no es la única. Como dato adicional podríamos consignar que esta suerte de miopía de Georgette sería semejante a la que tuvo el mismo Vallejo, por ejemplo, hacia la obra del primer Borges: ”No pido a los poetas de América que canten el Fervor de Buenos Aires” (Repertorio Americano, 1927, mayo 5, p. 92); cuando una crítica más reciente, como la de Andrés Avellaneda, contra argumenta y nos ilustra: “No pudimos leer en “El hombre del umbral” o en “El jardín de los senderos que se bifurcan” la discusión que esos textos hacen del colonialismo, o en “La historia del guerrero y la cautiva” la ambigua crítica a la conquista del desierto, al triunfo del hombre blanco y, por tanto, de Roca y de la historia oficial Argentina” (“Borges y nosotros, en los sesenta”. Cuadernos Hispanoamericanos, 505-507, 1992, p.231).

domingo, 11 de enero de 2009

EN EL NOMBRE DE VALLEJO




Permítanme presentar a ustedes, una hermosa semblanza a Georgette Vallejo, realizado por el reconocido periodista nacional Enrique Sánchez Hernani de El Comercio.




SEMBLANZA

En el nombre de Vallejo
LA VIDA DE GEORGETTE VALLEJO. A CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO, UN LIBRO DE MIGUEL PACHAS ALMEIDA DA CUENTA DE LA BATALLA DE LA VIUDA DE CÉSAR VALLEJO POR PRESERVAR LA PUREZA DE LA POESÍA DE NUESTRO POETA MÁS IMPORTANTE.
Por Enrique Sánchez Hernani


Cuando el 15 de abril de 1938 César Vallejo deja sus terrenales huesos húmeros, en París y con aguacero, Georgette Philippart Travers, su viuda, apenas tenía 30 años. Nunca más se volvería a unir a hombre alguno. Su vida estaría ligada para siempre al genial poeta de Santiago de Chuco. Desde que decide venir al Perú en 1951 --el año 39 ya había publicado "Poemas humanos" conjuntamente con Raúl Porras Barrenechea--, entabla una quijotesca lucha por defender el legado vallejiano que le valió no pocos rumores adversos y decenas de polémicas, algunas donde pasó de las palabras a los hechos. Su carácter arisco y su total falta de doblez la convierten pronto en un personaje polémico que perseguiría tenazmente a todos los que se apartaran de la pureza original que ella exigía para tratar al vate.




De armas tomar
Una de las primeras víctimas de sus iras fue Juan Larrea que al venir a Lima en 1957 no tiene mejor idea que divulgar las deudas impagas que Vallejo había contraído con él. Georgette monta en cólera por tal desatino y califica de "sórdido" el comportamiento del falso amigo. Su guerra santa, a partir de entonces, no hallará paz. Ese mismo año denuncia que los dibujos de Picasso sobre Vallejo son "una infame y siniestra deformación del original" y se opone tenazmente a repatriar los restos de Vallejo. "Esta tumba me pertenece --deja en claro-- y nadie puede abrirla en mi ausencia y sin mi autorización". El gesto lo mantendrá hasta su muerte, cumpliendo, según explicó, un pedido expreso del poeta, que en vida solo había recibido vapuleos de sus compatriotas.


En 1964 cobra su segunda víctima. El poeta Gerardo Diego llega a Lima y lee unas cartas del vate peruano donde este confiesa que le debe un dinero. Georgette, en primera fila del auditorio, en la Universidad de San Marcos, le lanza un grito feroz y se retira llorando, gesto que algunos aplauden y otros pifian. La Cámara de Diputados debatió, a raíz del hecho, una moción para expulsar a Diego ante el agravio a Vallejo, que no prosperó.


Los otros capítulos de su titánica lucha incluirán una bofetada que le dio a Carlos Milla Batres, el editor del "Homenaje internacional a Vallejo", en mitad de un salón del hotel Crillón, por haber puesto en la portada una pintura de Macedonio de la Torre, que a tenor de la viuda no retrataba bien a su difunto esposo. Luego se lanza contra los editores piratas de los libros de Vallejo, contra quienes querían musicalizar sus versos, contra los traductores de la obra del poeta y le hace frente a no pocos 'especialistas' que discrepaban con ella en el uso y significado de sus versos.




Compleja devoción
El carácter de Georgette se condecía con la apariencia frágil y el rostro de belleza singular que poseía. Tiene pocos amigos y a estos les exige hasta lo humanamente imposible para que la acompañen en su cruzada. La devoción que sentía por el poeta no solo era una pasión conyugal sino que, como ella confesó, se extendía a la filiación política, que ella defendía a rajatabla. Ambos habían sido integrantes del Partido Comunista Francés. En una ocasión, durante una entrevista, Georgette llega a responder, frente a la pregunta de si entre ella y Vallejo hubo amor: "No, nosotros no buscábamos la felicidad individual, vivíamos para la revolución". Quizá esto explique en parte por qué la pareja no tuvo hijos.


A los amigos fieles les retribuía con gestos inauditos. Al pintor Fernando De Szyszlo, por ejemplo, le regaló un mechón del cabello de Vallejo, que ella atesoraba como el recuerdo físico más próximo de su marido, además del manuscrito de un poema. El pintor había conocido a Georgette en París, en 1949, y desde allí guardaron una relación fraterna, al punto que el artista la auxilió en sus horas finales facilitándole su traslado a la clínica Maison de Santé, donde Georgette finalmente falleció en 1984. Y frente a la polémica que periódicamente se reabre, sobre repatriar los restos de Vallejo, a tenor de los testimonios recogidos en el libro de Miguel Pachas, parece que habría que actuar a la inversa y enviar los restos de Georgette al cementerio de Montparnasse en París, donde reposa el vate. Así lograrán lo que ella tanto quiso: estar juntos hasta después de la muerte.

Publicado en El Comercio 11-01-09 por Enrique Sánchez Hernani.

Datos personales

Mi foto
Chincha Alta, 1962. Magister en Educación. Es autor de los libros Georgette Vallejo al fin de la batalla (2008) y César Vallejo y su América Hispana (2014).